Protagonista ahora de Interstellar, donde se revela como un gran intérprete de cine de aventuras, Matthew McConaughey ha interpretado brillantemente el cambio de rumbo más radical, vertiginoso y afortunado entre los actores de Hollywood de los últimos años.
Matthew McCaughey ha dado un giro sorprendente en su trayectoria,
ha abandonado con total desprecio su pasado de chico guapo –guapísimo- de Hollywood, ha renunciado a cualquier posibilidad de completar una carrera como galán y se ha lanzado a buscar papeles complejos, de marginados, fugitivos, equilibristas en el alambre de la moralidad o tipos marcados por la diferencia. Llegaron a decir de él que era el nuevo Paul Newman del cine. Se referían naturalmente al aspecto físico porque entonces McConaughey no era ni la cuarta parte del intérprete que ahora ha demostrado ser.
El inocente, la adaptación al cine de una novela de Michael Connelly, que dirigió Brad Furman, fue el trabajo con el que hizo el cambio de pie. Hasta entonces McConaughey se había dedicado a aparecer en películas románticas o en proyectos que no le dejaban demasiado espacio para crecer. Llevaba desde 1991, en que Richard Linklater le eligiera para
Movida del 76, buscando su rincón en el cine.
Así, su asombrosa transformación comenzó hace poco más de tres años, pero ha sido rápida y radical. En 2011 rodó la mencionada
El inocente, a la que han seguido producciones, más o menos acertadas, pero donde por fin ha podido demostrar hacia dónde quiere ir. Ahí están
Killer Joe (William Friedkin), donde encarna a un policía y asesino a sueldo, y por la que fue candidato en los Independent Spirit Award;
Magic Mike, de Soderberg, donde da vida a un empresario de un negocio de streptease (fue candidato de nuevo en los Independent Spirit Award y en los Critics Choise Awards);
El chico del periódico, desafortunada adaptación al cine de la novela de Peter Dexter, pero donde McConaughey hacía una interesante interpretación de un periodista homosexual…
También se coló en la producción y protagonizó, junto a Penélope Cruz y Steve Zahn,
Sahara, una película de su compañía J.K. Livin Productions. Sin embargo, el proyecto que más expectativas creó fue el de
Dallas Buyers Club, un filme del brillante director canadiense Jean-Marc Vallée (
C.R.A.Z.Y.), donde se contaba la historia real de un hombre al que diagnosticaron en 1986 SIDA y le dieron un mes de vida. Decidió comenzar un tratamiento con medicamentos alternativos y llegó a crear el Dallas Buyers Club, donde proporcionaba esas medicinas a otras personas. Las farmacéuticas comenzaron a ir tras él. McConaughey puso parte de la financiación de la película, para la que adelgazó trece kilos. Esfuerzos recompensados con el resplandeciente Oscar de Hollywood.
En su nueva vida como actor, McConaughey rodó con Martin Scorsese en
The Wolf of Wall Street, junto a Leonardo DiCaprio, Jonah Hill y Spike Jonze, y protagonizó el momento estelar de esta gran película. Por entonces, ya había interpretado el inolvidable personaje de
Mud, nuevo largo de Jeff Nichols. Ha rodado
The Sea of Threes, de Gus Van Sant, todavía sin estrenar.
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