‘Las sesiones’ / “Yo estaba desvestido, ella estaba desnuda y todo parecía normal”
Dic 20, 201200
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Hablar de sexo funciona como gancho. Si, además, la cuestión se convierte en reto, mejor. Y si, encima, el sujeto que se enfrenta a tal desafío es un personaje interesante, con ironía y, sobre todo, con unas limitaciones evidentes para encarar su propósito, el cóctel servido es prácticamente irresistible. Las sesiones, la nueva película de Ben Lewin, no solo tiene todos estos ingredientes, sino que añade dos atractivos más al combinado: está basada en la experiencia real de un hombre, el periodista y poeta Mark O’Brien, y cuenta con la presencia en el papel principal de John Hawkes, uno de los favoritos para el Oscar al Mejor Actor de esta edición. Las sesiones ganó el Premio del Público en Sundance y en San Sebastián.
Inmovilizado casi en su totalidad, Mark O’Brien pasó la mayor parte de su vida dependiendo de un pulmón de acero, del que salía solo unas cuantas horas a la semana. Cuando cumplió 38 años decidió, sin embargo, perder su virginidad, intentar disfrutar de todos los placeres al alcance de un ser humano. Dispuesto a ello, buscó la ayuda de una asistente sexual (Helent Hunt en la película) y la bendición del sacerdote de su comunidad religiosa (interpretado por William H. Macy). Con ambos entabló una relación especial y ellos, por su parte, le ayudaron a alcanzar su objetivo. “Yo estaba desvestido, ella estaba desnuda y todo parecía normal. ¡Cuán asombroso! Estaba medio convencido de que Dios –o mis padres– impedirían que llegara este momento”.
Ser amado sexualmente
Inspirada en los textos autobiográficos que O’Brien escribió sobre esta experiencia, On seeing a Sex Surrogate, y que publicó por entregas en la revista literaria The Sun, la película sigue los pasos de este escritor en aquellos días, pero lo hace desde el sentido del humor e intentado huir de la sensiblería fácil.
"Esta historia se convirtió en una odisea para dos personas"
Los escritos del periodista, algunas entrevistas que le hicieron y el testimonio de Susan Fembach, su compañera en los últimos años de vida, y de Cheryl Cohen-Greene, la que fue su asistente en aquel periodo, fueron las guías que siguió Lewin en este recorrido por la vida de Mark O’Brien. “La primera reunión con Cheryl fue un acontecimiento decisivo. En un momento dado, me preguntó si me importaba que consultara sus notas”, recuerda Lewin. “‘¿Notas?’ –pensé–. Eran las de una terapeuta clínica, no las de una trabajadora del sexo. Por primera vez pude ver el interior de una persona tan fascinante como ella. Conocer su lado de la historia fue hallar un auténtico tesoro porque ésta se convirtió en una odisea para dos personas”.
“Pregunté a Cheryl si ella pensaba que yo merecía ser amado sexualmente. Me dijo que estaba segura de que sí”, escribió en On Seeing a Sex Surrogate.
Una maldición de un Dios cruel
El director se tomó la libertad de inventarse a un personaje esencial en esta historia, el del padre Brendan. O’Brien era católico practicante y, de hecho, consultó con varios sacerdotes y al menos uno de ellos le recomendó que tuviera relaciones sexuales. “La religión era parte fundamental de la vida de Mark y me pareció importante reflejarlo, así como su idea de que el sexo tenía una dimensión espiritual”.
"La religión era parte importante en la vida de Mark"
“Yo dudaba de que mereciera ser amado. Mis frustrados sentimientos sexuales parecían no ser sino otra maldición más que un Dios cruel me había infligido”, escribió O’Brien, quien realmente tuvo una relación cercana con varios sacerdotes.
Dirección: Ben Lewin. Guion: Ben Lewin. Producción: Judi Levine, Stephen Nemeth y ben Lewin. Fotografía: Geoffrey Simpson. Montaje: Lisa Bromwell. Música: Marco Beltrami. Reparto: John Hawkes, Helen Hunt, William H. Macy, Moon Bloodgood, Annika Marks, Adam Arkin, Rhea Perlman, W. Earl Brown y Robin Weigert. Distribuidora: Twenthieth Century Fox España. Estreno: 21 de diciembre. www.fox.es
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