La cineasta Stéphanie di Giusto defiende la libertad y la igualdad, la convivencia y el entendimiento con el diferente en esta película, protagonizada por Nadia Tereszkiewicz y Benoît Magimel, estrenada en el Festival de Cannes y presente en Perlak de San Sebastián.
La historia de Clémentine Delait, una mujer barbuda que
saltó a la fama a principios del siglo XX, inspiró a Stéphanie di Giusto esta
película, Rosalie, y a su personaje principal, “una mujer libre que debe
enfrentarse a la mirada de los demás y afirmar su singular feminidad frente a
los prejuicios de una época”.
Ambientada en un pueblo de Francia, en la segunda mitad del
siglo XIX, es la historia de a joven Rosalie, una joven con un secreto, tiene el
cuerpo y la cara cubiertos de pelo. A pesar de ello, esta mujer no quiere ser
una atracción de feria y decide emprender el camino hacia su propia libertad. Se
casa con el dueño de un café que tiene demasiadas deudas y acepta el trato por
la dote, aunque no sabe que es una mujer barbuda. Ella no está dispuesta a
esconderlo.
Stéphanie di Giusto eligió situar la historia en 1870 porque
“es el inicio del capitalismo y de la revolución industrial, una época de
paternalismo social con voluntad de controla al ser humano, de uniformizar, de
difundir cierto miedo a vivir”.
Lo que su marido y el resto del pueblo hace al principio es
dehumanizar a Rosalie, pero al final vence el amor. “Esa es una respuesta al
mundo de hoy, un mundo deshumanizado, donde la respuesta debe ser el amor”.
También hay en la película una reivindicación del colectivo y de su poder para
luchar contra intolerancias.
“Rosalie es un
personaje que se quiere liberar, por eso ha asumido su barba. La libertad suele
provocar malestar, pero ella no quiere estar dentro de la norma, lo que pasa es
que al salirse de ella se la considera un peligro, responsable incluso de todos
los males sociales”, dice la cineasta que se confiesa “partidaria de
cierto feminismo universalista y no me gusta el victimismo. Estamos en un
combate permanente, hay que seguir luchando, pero yo creo mucho en nuestra
fuerza como mujeres”.
Una fuerza que ha
llegado al cine, donde, según su opinión, “las mujeres no estamos
reconocidas todavía y eso a pesar del orgullo de cineastas y de películas y de
premios concedidos merecidamente a muchas de nosotras”.
“Es difícil ser mujer” y “Tengo miedo” son dos las frases
que dice Rosalie y que más resuenan en esta película, que habla al mundo de hoy
en el que crecen los fascismos en el mundo. “El problema del fascismo es que
trata de uniformizar y hay que hacer lo contrario, hay que aceptar lo
diferente, la libertad… Es importantísimo el intercambio de ideas, por eso en
esta historia es tan importante el café, porque Rosalie los lleva allí como
lugar de reunión para que recuperen su humanidad”.
de Stéphanie Di Giusto
Duración: 115 minutos
Calificación: pendiente de calificación
Idioma original: francés
Intérpretes: Nadia Tereszkiewicz, Benoît Magimel, Benjamin Biolay
Estreno: viernes 19 de abril de 2024
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